GOLONDRINAS
DEL YODO
(1)
Del desierto de Atacama,
moradas de amanecer,
las golondrinas del yodo
suben todas de una vez.
Vuelan dormidas
tres mares
sin coger alga ni pez
y no paran en las Islas
ni por juegos ni por sed,
y en duna africana posan
con su abrasada merced.
Entran por
los hospitales
en bandada y en mudez,
abren las lonas embreadas
plegadas como el Amén.
Tanteando llegan a Lázaro (2)
y hallan su pecho y sus pies...
Ellas se
hunden en las llagas
sin volver a aparecer,
golondrinas requemadas
de su amor como Raquel...
En fantasma
acongojado
llego al campo del inglés.
Voy nombrando los heridos
a la luz de su rojez
y palpando golondrinas
de sangre, de yodo y hiel...
Notas
(1) Gabriela Mistral anota: "dudosas".
(2) Gabriela Mistral anota en el original
un signo de interrogación.
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