NOCTURNO VI (1)


Lento perdón de diez años,
más lento que río bebido,
más lento que sangre en tierra,
más que lágrima de resina.
Perdón por fin diciendo estoy
por veinte años retenido,
perdón de cantos no cantados,
de los llantos no secados,
de los dioses no servidos,
perdón vestido de viejo polvo,
perdón que llega así transido
*jadeando como las cuestas,
perdón que en noches y que en días
ni al alma mía he prometido
y que baja antes de tu muerte
y madura antes de la mía.

La fiesta sea de mi Arcángel
al ver mi cielo renacido;
la fiesta sea de mis muertos
que cantan viendo mi camino
hasta sus pies, hasta su diestra,
fiesta del corazón temblando
corno un ciervo de regocijo,
y de su grito que es por mí,
y va llegando a Jesucristo.

 

Nota

(1) Gabriela dio su aprobación al texto.