DESPEDIDA DE VIAJERO (1)


La misma ola vagabunda
que te lleva te devuelva.
La ruta no se te enrosque
al cuello como serpiente;
te cargue, te lleve y al fin te deje.

Los que te crucen y miren
de ti se alegren como de fiesta.
Pero que no te retengan
tras de muros y cerrojos
la falsa madre, el falso hijo.

Guarda el repunte del acento,
cela tu risa, cuida tu llanto.
El sol no curta la frente;
la tornada no te enronquezca
y las ferias y los trueques
no te cierren la mano abierta.

Nadie te dijo de irte.
La tornada no te empuja.
El banco de peces hierve
llamando a sus pescadores.

En la mesa te tuvimos
como alto jarro de plata.
En el fogón escuchándote
te dijimos "pecho de horno".

Bajo palmera o tamarindo,
despierto o dormido entero o roto,
Rafael Arcángel, vaya a tu lado
y tu Isla de palmeras
raye tus ropas, laman tu cara. (2)

Enderézate entonces y salta
como el delfín a las olas.
El rumbo Este como el tábano
te punce, te hostigue y te venza.

Vuelve, hijo, por nosotros
que somos piedras de umbrales
y no barqueros ni calafates
de que rompimos los remos
y que enterramos las barcas.

En la costa, curvados de noche,
te encenderemos fogatas
por si olvidaste la ensenada.
Te pondrá en la arena la marea
como a alga o como a niño
y todos te gritaremos
por albricias, por albricias. (3)

En corro, en anillo, en nudo,
riendo y llorando enseñaremos
al trascordado a hablar de nuevo,
cuando te broten y rebroten
tus gestos en el semblante,
nuestros nombres en tu boca.

 

Notas

(1) Anota Gabriela Mistral, en el original: "corregir". Finalmente, aprueba el texto.

(2) "raye tus ropas, laman tu cara", "raye tus ropas, bese tu cara".

(3) "por albricias, por albricias", "por nuestro, por albricias".