ARRULLO
PATAGÓN
A
doña Graciela de Menéndez.
Nacieron
esta noche
por las quebradas
liebre rojiza,
vizcacha parda.
Manar
se oyen dos leches
que no manaban,
y en el aire se mueven
colas y espaldas.
¡Ay,
quién saliese,
ay, quién acarreara
en brazo y brazo
la liebre, la vizcacha!
Pero
es la noche
ciega y apretujada
y me pierdo por cuevas
y por aguadas.
Me
quedo oyendo
las albricias que llaman:
sorpresas, miedos,
pelambres enrolladas;
sintiendo
dos alientos
que no alentaban,
tanteando en agujeros
cosas trocadas.
Hasta
que venga el día
que busca y halla
y quebrando los pastos
las cargue y traiga...
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